Capítulo 10: Hombre de hierro

Mis patitas son cortas.
Aunque me mueva casi como si estuviera corriendo, soy lenta en comparación con el caballero tuerto cuando va caminando por los pasillos.
Desesperadamente movía las patas para no separarme de él.
¡Espera!
Era obvio que él no habría escuchado mi llanto mental, pero el caballero tuerto se dio la vuelta y me miró.
Entonces, dándose cuenta de que estaba muy detrás de él y corriendo desesperadamente, se detuvo a esperarme, y después caminaba lentamente.
Ah, qué alivio.
Luego, de vez en cuando, miraba a sus espaldas hacia mí, para asegurarse de si le seguía bien el paso, pero parecía que también lo hacía por otro motivo.
Normalmente él es inexpresivo, pero cuando me mira su expresión se relaja.
¡Por supuesto, en este mundo yo soy muy linda! O al menos eso pensaba yo de forma narcisista, pero al parecer él estaba feliz de que le siguiera.
Por el hecho de que una cría de zorro lo seguía sin siquiera usar una correa, la frialdad de su serio rostro entraba en calor.
Tras algunos intervalos suyos de girarse a verme, llegamos a una puerta. Era una simple pero robusta puerta de madera, como las demás que vi en los pasillos que pasamos hasta llegar aquí.
Cuando el caballero tuerto abrió la puerta, había un dormitorio extrañamente familiar. No era muy amplio, y solo tenía la mínima cantidad necesaria de muebles e iluminación, junto con algunos libros y una espada.
Pero, cuando entré junto al caballero tuerto, noté que la habitación olia como él.
Ya veo, así que esta es su habitación. Como siempre la había visto desde fuera de la ventana que está frente a la puerta, no me di cuenta de que lo era de inmediato.
—Vivir dentro puede ser incómodo, pero duerme aquí hoy. Durante el día, te dejaré salir tanto como sea posible. También te entrenaré para que caces y puedas conseguir comida por tu cuenta. –Me dijo suavemente el caballero tuerto.
Uuh… no quiero cazar. Como si pudiese atrapar ratones. En vez de mis reflejos, está el problema de mi repulsión biológico… ¡Ni siquiera quiero morderlos, mucho menos comerlos!
Cuando mis orejas y cola cayeron, el caballero tuerto dijo, "Espera un poco", luego salió de la habitación.
Entonces, sentí la presencia de algunas personas fuera.
Levanté las orejas.
—Vice capitán, ¿Cómo está la cría de zorro?
— ¿Sigue en guardia?
—Más bien, ¿cuándo la domesticó?
—No es justo.
—Se nos adelantó.
Unas voces susurrantes se quejaban del caballero tuerto.
Ahora que lo pensaba, sentí que había gente siguiéndome. Entonces no fue solo un presentimiento.
Según parece, la noticia de que fui atacada por un perro salvaje se esparció rápido entre los caballeros. Y como niños de primaria que querían ver al perro que se coló en la escuela, se reunieron aquí.
—Chicos, hacéis mucho ruido. –Suspiró estupefacto el caballero tuerto. —Como ya dije, la cría no está acostumbrada a las personas. Yo me encargaré de ella, pero no os acerquéis demasiado. Se asustará.
Por eso, me sentí feliz de que él fuera considerado conmigo. Tal vez no había gente en los pasillos o en los pasillos, aunque nos estaban siguiendo de cerca, porque el caballero tuerto estaba siendo considerado conmigo.
Fui recibida por una amable mujer caballero cuando me desperté.
Fuera de la habitación, los jóvenes soldados se quejaron un poco, pero de repente todos comenzaron a murmurar. El caballero tuerto  probablemente los silenció con su aguda mirada. 'Silencio' o algo como eso.
—…Oh, oops, ¡ya es bastante tarde! Tenemos que volver a nuestros dormitorios.
—C-cierto. ¡Lo sentimos por molestarle tan tarde, vice capitán…!
Tras unos momentos de silencio, un joven caballero intencionalmente levantó la voz, en un tono asustado. Otros caballeros le siguieron el juego.
La presencia del gentío se dispersó. Solo tiene un ojo, pero el caballero tuerto es increíble.
Un rato después, el caballero tuerto no entró directamente, sino que fue a algún lugar con pasos suaves.
Para calmar el miedo de estar sola, mastiqué las patas de la cama. Con mis pequeños colmillos y mi débil mandíbula, solo podía dejar marcas superficiales, me sentí molesta por alguna razón.
Mientras estaba jugando, el caballero tuerto regresó. Debido a que mis grandes orejas captaron sus pasos, dejé de morder las patas de la cama y me senté en la cama. Además, incluso moví la cola. Esperé como una buena niña~
Cuando abrió las puertas y me vio, sonrió ligeramente.
¡Wahaha, lo engañaron tan fácilmente!
El caballero tuerto llevaba una cesta en la mano. La colocó junto a su cama y me hizo señas para que me acercara. ¿Qué es? Cuando fui, había una manta sobre la cesta.
¿Podría ser esta mi cama?
Pateé el suelo y salté a la cesta. Como no me gustó que la manta de la cesta estuviera doblada, la sacudí.
Está mucho mejor y es más esponjosa cuando está un poco desordenada como ahora.
Me di cuenta de que el caballero tuerto estaba sonriendo amargamente, pero sintiéndome muy satisfecha enrollé mi cuerpo sobre la arrugada manta.
La cesta, hecha con materiales naturales, olía a plantas.
El tamaño no era demasiado grande y me quedaba bien. Esta sensación de estar algo apretado me hizo sentir muy tranquila.
—Buenas noches.
Como dijo el caballero tuerto, cerré los ojos.
Pensé que, por supuesto, se iría a dormir a su cama, pero no se movió del sitio. Me molestó un poco, pero todavía comencé a quedarme dormida. Cuando me estaba hundiendo en un sueño, algo acarició mi cabeza suavemente.
¿La mano del caballero tuerto?
Tal vez esta es la primera vez que me acaricia. Pensé eso estando medio dormida. Aunque es la primera vez porque siempre huía.
Quizás porque no abrí los ojos en respuesta, él empezó a acariciarme con más confianza. Una y otra vez para poder sentir mi pelaje.
Hey…
No puedo dormir.
¨¨¨¨
Al día siguiente, me desperté primero. Abrí completamente la boca y solté un bostezo.
Siendo una cría me quedo dormida fácilmente, pero me despierto con la misma facilidad. Me levanté y salí de la cesta. Mi pelaje blanco estaba totalmente seco ahora. 20% sequedad, 80% confort, volvió a sensación habitual.
Ahora si se parece más a mi pelaje.
Giré la cabeza hacia la cama junto a mí, y vi que el caballero tuerto aún estaba durmiendo. Como se quedó dormido mirando hacía este lado, podía ver su rostro también.
Normalmente, las indefensas caras durmientes eran lindas o graciosas, pero la del caballero tuerto era diferente.
En el momento que vi su rostro estando dormido, se me pusieron los pelos de punta.
Estaba dormido con una expresión seria, su boca cerrada con fuerza, y frunciendo el ceño.
Realmente intimidante.
Sus ojos estaban cerrados, pero casi podía sentir que me estuviera mirando. Si fuese un asesino, seguramente no sería capaz de matarlo. '¿Está realmente durmiendo?' o algo así pensaría poniéndome nerviosa. En el momento que se moviera el cuchillo para quitarle la vida, estaba realmente despierto y quien fuese asesinado seria el atacante. Podía imaginarme una escena así.
Me desplomé en el suelo, mi cintura se rindió, y estaba mirándolo fijamente a la cara, pero de repente se despertó sin ninguna señal.
Entonces noté que me estaba mirando mientras fruncía el ceño. ¡Aterrador!
"Hyan…" o "Hin…", un incompleto grito se escapó de mi garganta.  ¿E-está enfadado? ¿Hice algo malo?
El caballero tuerto aparto su mirada de mí, lentamente se levantó y se rascó la cabeza.
Su rostro todavía era escalofriante. Su mirada era demasiado penetrante.
Luego, por un momento, miró hacia el vacío distraídamente.
Cuando se volvió hacia mí, su ceño fruncido había desaparecido. Sus ojos tampoco eran tan afilados, y él me estaba mirando con una mirada amable.
—Ah, cierto, hice que durmieras aquí. Buenos días.
Dejé escapar un suspiro en mi cabeza. Su cerebro tarda aproximada-mente 20 segundos en despertarse por completo después de que abre los ojos.
Cuando está inconsciente, da un 30% más de miedo. Mañana, tendré más cuidado de no dejar que mi cintura se rinda.
El caballero tuerto se levantó de la cama y caminó descalzo sobre el frío suelo. Desde arriba, una mano bajó suavemente y acarició mi cabeza.
Por un momento, cerré los párpados con fuerza. Al verme así, la mano se alejó un poco.
Sin embargo, como no huí y me quede mirándolo, su cálida mano volvió a acariciar mi cabeza. Detestaba el calor que desprendía el fuego, pero no me desagradaba la calidez de esta mano.
Habiéndome acariciado lo suficiente, el caballero tuerto comenzó a cambiarse.
Presa del pánico, fingí masticar la manta dentro de la cesta. No vi nada~ no vi nada~
Después de eso, el caballero tuerto salió brevemente de la habitación, tal vez para lavarse la cara. Volvió pronto y tomó la espada. Me pregunto si saldrá a entrenar. De hecho, su ropa era ligera para un caballero que sale a trabajar. Ir a entrenar su cuerpo a pesar de que no era necesario, qué increíble.
—Volveré pronto. Te daré de comer luego.
Recogiendo la espada, se fue. Con mucho gusto me quedaría en silencio en la habitación… NO, así que justo antes de que la puerta se cerrara, me escapé. Como no hice ningún ruido, el caballero tuerto no se dio cuenta de mí.
Después de esperar a que cerrase la puerta, le seguí por los fríos pasillos.
Todo salió bien, pero justo después de que saliésemos, el caballero tuerto repentinamente se dio la vuelta.
Miró hacia abajo y abrió el ojo de par en par.
'¿Por qué está aquí?' era lo que decía su expresión.
— ¿Cuándo fue que…? ¿Quieres venir conmigo? Sin embargo, no va a ser divertido.
Va a ser más aburrido esperar dentro, así que quiero acompañarte. Pensando eso, meneé la cola una vez.
Con una débil sonrisa, el caballero tuerto me dejó seguirle.
¨¨¨¨
Estaba despejado por la mañana. Sin embargo, hacía bastante frio.
Bueno, yo no sentía mucho frio, pero seguramente fuese insoportable para los humanos. Si respiraban el fresco aire del amanecer, sus pulmones podrían congelarse. Era una mañana refrescante, pero sería imposible respirar profundamente.
En los campos de entrenamiento, la nieve aún seguía amontonada, y parte de la nieve derretida de ayer se había congelado.
Lo digo de nuevo, pero yo no siento frio. Tengo mi pelaje y soy un espíritu de la nieve.
Y lo vuelvo a decirlo, pero era inaguantable para los humanos. Sería extraño si no hace frío para ellos…
El caballero tuerto comenzó con estiramientos ligeros y corrió dando vueltas por los jardines. Entonces, de repente, se quitó la camisa y comenzó a balancear su espada.
Su cuerpo probablemente se calentó por correr, pero... ¡NO EN ESTE FRÍO! Seguramente ya se haya congelado.
…El caballero tuerto debe ser un hombre de hierro.

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