Capitulo 1: La bruja y la bestia.

Parte 1:

Hoy dije adiós a las oscuras profundidades.

El sol de verano era cegador, así que me coloque la capucha con firmeza, para protegerme los ojos. Comparado con el frío del interior de la cueva de piedra caliza, el calor del exterior era sofocante.

No estaba acostumbrada a la luz solar.

Sin embargo, la visión de las nubes que se deslizaban a través del ilimitado cielo azul y la cómoda humedad en el bosque, eran refrescantes.
 
Este es el exterior, ¿Huh? Pensé. Se parecía a las ilustraciones de los libros, excepto que nada podía reproducir la vivacidad de estos colores, ni todos los movimientos que ocurrían.

Los insectos volaban, los pájaros piaban, los animales correteaban. Apreciando todo esto, empecé a andar descalza. Era agradable caminar sobre las húmedas hojas caídas. Dolía al pisar las ramitas, piedras y otros escombros.

Los olores de suciedad, hojas trituradas y fruta podrida se mezclaban para formar un aroma extrañamente calmante, que llenaba el aire.

Miré hacia la cueva.

La oscuridad había sido acogedora y consoladora. Me daba una sensación de nostalgia el dejarla, pero había esperado demasiado tiempo.

Había acabado libros interminables, resuelto discusiones sin respuesta. Sentí como una eternidad pasó mientras yo estaba allí. Había pensado que podría pasar una eternidad allí.

Pero ya estaba un poco cansada de todo eso. No podía esperar más.
 
—Ya me marcho, Trece.

Habiendo anunciado mi decisión, sentí como mi pecho se libraba de una pesada carga.

Levantando el dedo, con la palma de la mano hacia arriba, señale a la entrada de la cueva.

Sonó un fuerte ruido y la entrada colapso, convirtiéndose en nada más que una pila de escombros.

Una imagen de Trece frunciendo el ceño vino a mi mente. Me reí.

Poco después, mientras caminaba por el bosque, me encontré con un pequeño arroyo. Se parecía mucho al que había cruzado hace poco. Que raro. ¿Cómo podía volver al mismo sitio si no había cambiado de dirección ni una sola vez?

Gemí y volví a saltar el arroyo. Cuando me di la vuelta, el arroyo que acababa de cruzar había desaparecido.
—¿Una barrera? Que hombre tan meticulosamente desagradable, él sabía desde el principio que rompería mi promesa.

Prometí esperarle. Y pretendía cumplir esa promesa, pero es su culpa por hacerme esperar tanto. Ya tuve suficiente de estar esperando. Fui paciente durante mucho tiempo.

¿Qué hago ahora? Medite durante unos segundos. Recitando rápidamente, di un corté el aire con mi brazo.
—Libro de la cosecha, versículo ocho: ¡Kudola!

Inmediatamente, un estruendoso ruido resonó por el aire, y una parte del bosque fue arrasada.

▪▪Unos días después...▪▪
{Cambio de narrador}

Yo pensaba a menudo que los bosques en la oscuridad emanaban un cierto encanto.

Los rayos de sol de verano se habían suavizado, y se apagaban aún más cuando se acercaba el otoño.

El bosque se sumergió en la oscuridad, tan pronto como el sol empezó a ocultarse tras las copas de los árboles. Para cuando el sombrío bosque se bañase en el resplandor carmesí del atardecer, los caminantes habrían terminado de prepararse para la noche. Entonces apagarían las fogatas, se cubrirían con sus mantos y esperarían hasta que la luz volviese al oscuro bosque.

Hoy al anochecer, en el bosque, con los ojos doloridos por el resplandor del sol poniente, me encontraba corriendo por mi vida.

¿El romanticismo de un bosque al atardecer? ¡¡Mi vida estaba en peligro!! Segando los arbustos y las ramas en mi camino, me deslicé detrás de un gran árbol y me detuve por un momento para recuperar el aliento. Entonces—
—Libro de la caza, versículo cuatro: ¡Redæst!

El árbol salió volando acompañado por el sonido de una explosión. Fui arrojado con mucha fuerza y acabé chocando contra el suelo.

¡¿Eso fue una explosión?! ¿Hay un arsenal de explosivos por aquí?

Estaba siendo atacado por armas cuya naturaleza desconocía, así que no tenía más remedio que huir.

¡Mierda, mierda, mierdaaa–!

Al escuchar el sonido de pisadas acercarse detrás mío, me apresure en levantarme y correr lejos, cuando una enfadada y desconocida voz aguda gritó. Mis tímpanos reventaron por culpa de la explosión, los sonidos de mí alrededor estaban mudos y mi sentido del equilibrio no funcionaba correctamente, provocando que mis rodillas se tambaleasen a cada paso.

Pero no era momento para descansar.

No había duda de que moriría si dejaba de correr.

Sin duda sería decapitado, luego pelado, y mi piel usada como decoración. No sabía si estaba siendo perseguido por bandidos o alguien que buscaba pelea, pero sabía con seguridad que no era alguien con quien sentarse y tener una buena charla.

El fangoso suelo del bosque y las serpenteantes raíces de los árboles, hacían que correr fuese complicado. Flechas de calor pasaron volando, rozando mis mejillas y clavándose en los troncos de los árboles antes de desaparecer.

Finalmente me si cuenta de quien era mi agresor.

¡Oh, maldición, mierda!
—¡Qué te [CENSURADO] bruja! ¡Todas vosotras deberíais pudriros en el infierno! ¡¡Yo no nací para ser uno de vuestros malditos sacrificios!!

Según los rumores, las brujas de este país utilizan hechizos que nadie ha visto nunca.

Yo tenía mis dudas sobre esto, pero si alguien me enseñará flechas de luz como esas, que desaparecen tras un impacto, estaría completamente convencido.

Este era el peor escenario posible… mi adversario se trataba de una bruja.

Que fuera capaz de descubrir la identidad del enemigo era algo bueno después de todo, pero que se tratase de una bruja solo aumentaba el riesgo que sufría mi vida. Corrí cada vez más frenéticamente.

De repente, mi pie se atasco con algo– con la raíz de un árbol.

Y para empeorar las cosas, no había tierra más adelanté… si no un acantilado.

Por favor, por lo menos dame un suave aterrizaje, o al menos que sea en un río.

Rogándole a Dios, quien no existe por mucho que creas en él, me tiré por la cornisa y caí sobre el suelo que se encontraba debajo.

Tuve mucha suerte de que no fuese una altura muy elevada… pero fue muy desafortunado que hubiese un viajero removiendo el estofado de una olla en mi zona de aterrizaje, en lugar de un río.

…En serio, que desgraciado fui.

No, el desafortunado era el viajero al que iba a aplastar. Tapado de pies a cabeza, el viajero parecía muy delgado y frágil. A su lado, yo era un gigante.

Lo siento, por favor perdóname. Si te aplasto hasta la muerte, cavaré una tumba para ti. Si tengo tiempo libre.

Al momento siguiente, golpeé el suelo y me pisé los talones mientras un intenso dolor brotaba de mi abdomen.
—Ah, A…… ¡Aaaaaaaaaaaaaah!

De mi lado vino un grito de desesperación.

Parece que el viajero se las apaño de alguna forma para evitar que cayera encima suyo, pero para ello tuvo que sacrificar la sopa. “Lo lamento.”

Gruñendo, me estaba levantando cuando el tembloroso viajero me agarró del cuello y empezó a sacudirme de un lado a otro.
—¡¡Tú, bastardo!! ¡¿Cómo te atreves a estropear la comida que preparé?! ¡¿Acaso sabes el tiempo que me costó cocinados?! ¡¡Es absolutamente incomparable a asar un animal salvaje!! ¡¡Cómo... Cómo… Cómo te atreves!! 
—E-e-espera, un momento, ¡tranquilízate! Realmente lo siento, ¡pero este no es momento para enfadarse!

—¿No… es el momento? ¡¿Qué podría ser más importante que mi comida–?

—¡Cuidado idiota!

Gritando, inmediatamente protegí al viajero con mi cuerpo, tumbándonos a ambos sobre el suelo. Fue justo a tiempo, unas cuantas bolas de calor pasaron por encima nuestro.
—Ya veo… eso parece ser un problema más importante.
—Que bien que lo entendieras de inmediato, ¡Vamos!

Colgué al viajero sobre mis hombros y empecé a correr. Me preguntaba porque estaba llevando a esta persona.
—¡Hey! ¡¿Por qué me llevas contigo?!

Parece que la carga que llevaba sobre los hombros pensaba lo mismo.
—¡Simplemente ocurrió!

Conteste honestamente. Pero, pensándolo detenidamente, dejar este peso como distracción probablemente sería la elección más inteligente.

¿Es demasiado tarde para cambiar de opinión?
—Tú… te están persiguiendo, ¿No es así?

Sin escuchar mis traicioneros pensamientos, el lastre finalmente se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Cualquiera podría haberlo entendido al instante.
—Puede que no te hayas dado cuenta, ¡Pero hay alguien que está tratando de matarme!
—… ¿Qué hiciste?
—¡No hice nada! Ellas solo quieren usarme como sacrificio… ¡por ser un caído!—  No podía soportar su tono de desaprobación, así que literalmente rugí.

Los caídos eran medio humano, medio bestia, también llamados monstruos. Nadie sabe porque, pero monstruos con cuerpos de animal, como yo, nacen a veces de padres perfectamente normales.

Las brujas quieren las cabezas de los caídos para usarlas como herramientas para practicar la brujería. Como resultado, fui apreciado por aquellos que querían tratar de vender mi cabeza a las brujas. Es decir, siempre había un ladrón o una persona sombría.

Sufrí el primer ataque cuando tenía trece años— por otra parte, fue por mi culpa que los bandidos saquearan mi pueblo. En aquel entonces no era más que un niño débil, y no pude proteger mi pueblo del ataque de aquellos bandidos armados.

Fui capaz de sobrevivir, a costa de tres vidas humanas.

Por eso yo, como otros caídos, dejé mi hogar y me convertí en mercenario. Para escapar de los matones, me convertí en uno de ellos. Desde entonces, he estado luchando en varios países, saltando de un campo de batalla a otro.

Los mercenarios eran guerreros. Contratados por un lado de un conflicto, y luchaban hasta la muerte contra otros mercenarios contratados por el bando contrario. Si se trataba de una guerra entre imperios, una escaramuza entre feudos, o una disputa fronteriza entre clanes menores, era deprimente, pero hasta el punto de participar en una sangrienta pelea, a los mercenarios no les faltaba trabajo.

Entre los mercenarios, los caídos eran los mejores combatientes, y por eso siempre eran bien recibidos en todas las guerras. Gracias a esto, de una forma u otra, no encajaban en los grupos mercenarios rígidamente estructurados y podían permanecer independientes.

Más bien, debería decir que a los caídos no se les permitió vivir de otra manera.

No importaba el país, la ciudad, el pueblo, los caídos no eran aceptados. Incluso la iglesia nos trataba como criaturas malvadas, así que para los humanos normales, no hay forma de que nos vean más que una amenaza aterradora.

Además, a causa del deseo de las brujas por las cabezas de los caídos, los bandoleros habían tomado la iniciativa, atrayendo a los caídos a emboscadas. Sin embargo, esta fue la primera vez que fui atacado directamente por una bruja. Parece que he tenido mucha suerte hasta ahora.

Antes sólo había pensado en las brujas como nada más que titiriteros maliciosos, pero a partir de hoy, las consideraré una amenaza real.

Pero por ahora, tengo que concentrarme en escapar.

*Screech–* Un sonido se acercaba por el aire. Inmediatamente me agache detrás de un árbol. Una bola de luz atravesó el tronco y lo derribo.

—¡¡Mierda!! ¡¿Cómo demonios hizo eso?! ¡¿Desde cuándo pueden las brujas lanzar hechizos como si fueran ballestas automáticas?!

Escuche que las brujas pueden hacer cosas imposibles mediante hechizos, pero esto iba más halla de mi comprensión. Maldiciendo retome la carrera.

Yo no estaba particularmente bien informado sobre las brujas y la hechicería, pero todos sabían que las brujas necesitaban completar rituales importantes como parte de la práctica de los hechizos. Después de completar un ritual que tardaría meses en completarse, una bruja podría ganar poderes capaces de destruir fácilmente un país. Había muchas historias heroicas sobre los caballeros de la Iglesia derrotando a tales brujas antes de que pudieran completar las ceremonias necesarias.

La hechicería requería de mucho tiempo, por ello las brujas se aislaban en sus guaridas, confiando en sus numerosos siervos para la protección, mientras que se centraban en terminar los rituales necesarios. -Al menos, así pensé que funcionaba.

Nada de lo que yo sabía podía explicar cómo esta bruja poseía la habilidad de correr mientras disparaba esas bolas de luz y sin pólvora, explotar un árbol.

Yo estaba muy confundido. En cualquier caso, no iba a vivir lo suficiente para saber cómo, a menos que siguiera corriendo.
—¿Eso es ‘Staim’…?

Inesperadamente, la carga de mi hombro dijo algo.

Ignorándolo, seguí corriendo hasta que empezó a golpearme en la cabeza.
—Hey, ¿Realmente es necesario seguir corriendo?
—¡Por supuesto, maldita sea! ¡Moriré si no lo hago!

—Eso no es cierto– Bien, déjame bajar.

En ese momento, carente de simpatía, tiré la carga a un lado. Me dijo que lo bajará, así que ya no sentía ninguna obligación de llevarlo conmigo. ‘Adiós viajero, yo seguiré viviendo.’

Sólo di unos pocos pasos, cuando volví a estrellarme contra el suelo, esta vez por culpa de un terremoto.
—¡Mierda… eso dolió bastante!

Gimiendo, de alguna manera logré alzar la vista. No podía creer lo que veían mis ojos.

Gritando y escalofriante, la bruja que me perseguía cayó al suelo mientras, arrasando árboles, el suelo a su alrededor se levantó y formó paredes de tierra que la encerraron. Pronto se extendió más de lo que alcanzaba a ver.